jueves, 7 de abril de 2011

Despertar la conciencia profesional

Gran parte de los estudiantes de periodismo acceden a sus primeros puestos en el mundo laboral en condiciones precarias, sin embargo la conciencia del sector no apuesta por la lucha

Arroyomolinos | 7 de abril de 2011

La situación actual de muchos de los profesionales de la información no es, precisamente, idílica. A pesar de que la comunicación y los flujos de información han transformado la sociedad, el profesional de tal sector realiza una actividad actualmente desregularizada en España. El periodista carece de espíritu revolucionario, se niega a contar con otros compañeros para reclamar sus derechos, y así lo demuestra el hecho de que la última huelga de periodistas de la que se tiene noticias data de 1919 (año del nacimiento del primer sindicato de periodistas). Ésta logró mejorar algunas condiciones laborales y fortalecer la débil conciencia profesional, pero a día de hoy se considera que fue más bien un fracaso.

Si la vida profesional del periodista en España no es un camino de rosas, mucho menos lo es para aquellos que terminan sus estudios e intentan acceder a un puesto fijo y bien remunerado. Las redacciones dan trabajo a becarios que necesitan obtener experiencia, quienes se muestran desesperados porque necesitan acceder a un puesto "de lo suyo". Los medios han reparado en que les sale más barato y ventajoso el tener varios becarios en condiciones precarias, antes que hacer contratos fijos. Esto es más evidente si hablamos del periodismo online, donde encontramos que un 35% de los periodistas que trabajan en medios digitales no tienen contrato laboral, de los cuales, un 66% son becarios o estudiantes en prácticas.

El periodista, ya sea el veterano o el novato, debe reclamar sus derechos, pues realiza una profesión como otra cualquiera, nadie le está concediendo un favor al trabajar en aquello para lo que un día estudió. Los más jóvenes tienen en su mano despertar esa conciencia y luchar por un futuro digno en la redacción.


Ángela Pérez Álvarez

domingo, 3 de abril de 2011

Los usuarios deciden

Medios como The New York Times prueban estos días a restringir un porcentaje de sus contenidos online a cambio de una cuota que no todos estarán dispuestos a pagar

Arroyomolinos | 3 de abril de 2011

"El periodismo de calidad no es barato y una industria que regala su producto está canibalizando su capacidad para hacer buen periodismo", son las palabras de uno de los magnates de la comunicación más importantes en el panorama mediático actual: Rupert Murdoch, propietario de News Corporation. De esta forma el empresario asegura que la acción de ofrecer información gratuita es equivalente a la reducción de calidad de la misma. Murdoch puede permitirse hacer esta afirmación apoyándose en un fenómeno de su propiedad de gran escasez en la actualidad, como es el gran éxito de The Wall Street Journal, periódico adaptado al modelo de pago de gran éxito que ahora pretende contagiar a otros medios del mismo grupo como The Times.

Periódicos que nacieron digitales y otros que ya se vendían en los puestos de prensa tienen cada día más aceptación entre los lectores que prefieren ver las noticias sin salir de casa. La calidad de la información es un elemento muy importante, pero también lo es la cantidad, algo que peligra si los medios deciden cerrar sus fronteras a cambio de algo más que ingresos por publicidad. Este debate no es más que un apartado más de la gran cuestión sobre la obtención de beneficios en un mundo donde lo cultural ha conseguido romper barreras para llegar a todas partes de forma gratuita gracias a Internet.

Ante el ejemplo de medios que sí consiguen funcionar mediante un modelo de pago, otros se plantean cercar sus contenidos a cambio de una cuota de suscripción, a pesar también de otros fracasos estrepitosos que nos preceden. Los usuarios son los únicos que cuentan con la respuesta, ellos deciden por qué merece la pena pagar y por qué no.


Ángela Pérez Álvarez

lunes, 28 de marzo de 2011

Incredulidad

Japón sigue sufriendo los efectos del fuerte terremoto y su consecuente tsunami, pero la tranquilidad relativa reina entre los nipones

Arroyomolinos | 28 de marzo de 2011

Varias semanas después, Japón sigue teniendo el dudoso honor de obtener a diario un espacio en las portadas de los periódicos y en la entrada de los informativos. La mayor aspiración actual de los nipones es volver a su vida normal, pero los reactores de la central nuclear de Fukushima aún tienen mucho que decir para que esto suceda a corto plazo.

Los occidentales permanecemos atentos a la actualidad del otro lado del mundo y la observamos desde la ventana de una cultura totalmente diferente a la oriental. No es cuestión de analizar cuál es mejor o peor, pues cada sociedad bebe de sus raíces, y precisamente gracias a ellas podemos obtener respuestas a muchas preguntas, de hecho, existen personas dedicadas precisamente a obtener esas soluciones. Es lógico que los nipones sobrelleven los acontecimientos de una forma distinta a la que lo haríamos los occidentales. En primer lugar, porque una catástrofe de esa magnitud, por ejemplo en España, habría multiplicado los efectos negativos por mil, y en segundo lugar, porque los japoneses provienen de unas raíces muy diferentes a las de Occidente.

En Japón, una persona termina su formación académica y se introduce directamente en una empresa, en la cual asciende a lo largo de toda su vida. Son una gran familia donde el despido se interpreta como la mayor de las tragedias. Existen numerosos ejemplos de cuán distintos son los nipones frente a los occidentales, y aún así nuestros medios se empeñan en querer mostrar pánico o en debatir el porqué de la calma nipona: nos cuesta asimilarlo. Pero la tarea del periodista no es maquillar la realidad a su forma, sino mostrarla tal cual, haciendo que todos conozcamos un poco mejor otras formas de vivir y sobrevivir.

Ángela Pérez Álvarez

domingo, 20 de marzo de 2011

La radioactividad nipona hace pensar a los occidentales

Una semana después del terremoto en Japón, sus habitantes siguen enfrentándose a una posible catástrofe nuclear

Arroyomolinos | 20 de marzo de 2011

Tras un terremoto inusualmente fuerte y un tsunami devastador, Japón se enfrenta actualmente a una de sus peores consecuencias. Los reactores de la central nuclear de la región de Fukushima no han parado de amenazar a la población nipona desde que sucediera el desastre. El fallo de los sistemas de refrigeración, uno de los principales mecanismos para controlar la energía nuclear derivada de estas centrales, ha provocado que los japoneses se vean enfriando sus sistemas mediante agua de mar.

El desastre en Japón ha hecho reaccionar a los occidentales, quienes no solo se preocupan por las dramáticas noticias recibidas desde el otro lado del mundo, sino que también se han puesto a pensar sobre su propio futuro. Alemania, Suiza o Austria son algunos de los países que han llevado a cabo acciones más o menos trascendentales en cuanto a las actividades nucleares. Reacciones entre el miedo y los propósitos electores que reavivan el debate acerca de la energía nuclear, sobre sus empleos, beneficios y consecuencias más o menos negativas.

La disputa que se origina no es nada casual, pues por las características de este tipo de energía, se generan muchísimas opiniones favorables y detractoras a su alrededor. Es evidente que el ser humano debe plantearse nuevas formas de fuentes renovables, ya que aunque la energía nuclear tiene numerosas ventajas sobre otros sistemas como los petrolíferos, sus residuos son altamente peligrosos. Éstos son tratados adecuadamente para que no constituyan un riesgo para nadie, pero en casos de desastres como el de Japón, acaban convirtiendo las consecuencias de la tragedia en algo mucho más grave.


Ángela Pérez Álvarez

lunes, 14 de marzo de 2011

Una profesión más

La carencia de un organismo colegiado que regule la actividad periodística es el principal talón de Aquiles de la profesión

Arroyomolinos | 14 de marzo de 2011

El periodismo emana de uno de los preceptos fundamentales contemplados en la Constitución Española, el cual reconoce el derecho de cualquier ciudadano de comunicar o recibir libremente información veraz. Sin embargo los periodistas hacen de esta posibilidad, su profesión, que, a diferencia de muchas otras, carece de un mecanismo de regulación que vele por sus intereses. El control de su actividad, tanto para la reglamentación de sus derechos como de sus obligaciones, no es ningún privilegio, pues prácticamente todas las profesiones cuentan con un organismo orientado a hacer de la profesión un ente prestigioso y de confianza.

La realidad es algo a lo que todos podemos acceder, pero no todos sabemos tratar. La mera existencia del periodismo como formación académica, hace que se den determinados comportamientos que de manera automática sean reprobados. Pero otras actitudes se encuentran de forma eterna en el limbo entre lo aceptable y éticamente incorrecto. Actuar de manera errónea no es algo que esté solo reservado para el periodismo ciudadano, o dicho de otra forma, el periodismo de una persona que carece de contrato con un medio institucionalizado. No obstante, las malas actitudes (y aptitudes en ocasiones) de aquellos que realmente no son periodistas, dañan peligrosamente a la profesión, porque, entre otras cosas, proporcionan una visión falseada sobre la actividad periodística. Permiten que muchas personas vean la profesión como un lugar en el que cualquiera puede entrar e informar, bien o mal, dañando directamente a la credibilidad de aquellos que tienen un título y viven de dar de la forma más fiel a la realidad posible, determinadas informaciones.


Ángela Pérez Álvarez

lunes, 28 de febrero de 2011

Promesas pendientes

España cumple 30 años desde el golpe de Estado dirigido por el teniente coronel Antonio Tejero y aún existen datos sobre aquel momento que desconocemos

Arroyomolinos | 28 de febrero de 2011

No es la primera ni la última vez que una promesa electoral se queda en nada. Esto ocurre con mayor facilidad si la promesa hace referencia a un ámbito del que solo un determinado sector se preocupa. Se cumplen 30 años del golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero, y a pesar de los miles de artículos, libros e incluso una película sobre el asunto, aún hay gran parte de la información que la sociedad civil desconoce. No sabemos si la información clasificada habría dado lugar a cambios drásticos en todos esos documentos. ¿Lo sabremos algún día? De momento los acercamientos por parte del Gobierno han sido meras palabras. No parece afectarles que España sea el único país europeo con más de un millón de habitantes que no cuenta con una ley de acceso a la información.

La capacidad de acceso a la información de las administraciones públicas en otros países ha dado lugar, en ocasiones, a la revelación de informaciones un tanto incómodas. Como en México, donde debido a una solicitud de acceso, fue cedida la información sobre la nómina salarial del presidente Vicente Fox. Información problemática o no, es información, y por tanto ha de ser conocida por todos, o al menos eso se determina en la Constitución Española. Pero parece ser que ni este documento consigue ejercer la presión necesaria para que las promesas del Gobierno se hagan realidad de una vez (desde la primera vez en 2004). Es mejor mantener a la sociedad en la ignorancia, para que ésta sea incapaz de opinar y juzgar. Esto parece que está reservado solo para unos pocos privilegiados.


Ángela Pérez Álvarez

lunes, 14 de febrero de 2011

Cambio de vías

La izquierda abertzale presenta un nuevo partido basado en las vías políticas y pretende dejar atrás las acciones violentas de ETA

Arroyomolinos | 14 de febrero de 2011

Dudas y más dudas. Eso es lo que ha provocado de momento Sortu, la nueva formación política de la izquierda abertzale. "Hemos asumido que la violencia política no nos ayuda a conseguir metas", asegura el líder de la nueva formación, Rufi Etxeberria, a un medio de comunicación. Estos días ha querido dejar claro que no tienen miedo a ETA, y que es el momento de avanzar y dejar el pasado atrás. Los que no lo tienen tan claro son el resto de partidos, expectantes ante una situación que no haría sino confirmar el alto el fuego anunciado por la banda terrorista hace unas semanas. Mientras el PSE se muestra esperanzado por la sociedad vasca, el PP anuncia su ruptura absoluta si el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero permite la participación de Sortu en las próximas elecciones.

El PSE, a pesar de mostrar esperanza e ilusión, exige más garantías. Una de las pocas formas que tiene el nuevo partido de presentar sus intenciones son los estatutos, pero no son garantías definitivas. Nadie puede afirmar que éste sea el proceso fulminante de las acciones violentas. El nuevo partido asegura que piensa condenar las posibles futuras acciones de ETA, sin embargo no comenta mucho acerca del pasado, y ese “borrón y cuenta nueva” es una de las cosas que más desconfianza genera en todos.

La única solución al dilema parece ser el transcurso del tiempo, y es que a la sociedad no se le puede pedir más actualmente. La nueva formación ha pasado de las vías más violentas a las nuevas vías políticas, basadas en el diálogo y en los procesos democráticos, al igual que el resto de partidos. “Si no puedes con el enemigo, únete a él”, algo así es lo que han debido de pensar los de la izquierda abertzale.


Ángela Pérez Álvarez