lunes, 7 de febrero de 2011

África pide la palabra

Las revueltas de Túnez o Egipto conducen a la autoevaluación de los países del norte africano

Arroyomolinos | 7 de febrero de 2011

La gente habla sobre África. Los medios estos días dedican gran parte de sus espacios a informar y comentar acerca de lo que se está viviendo en aquellos países que han decidido rebelarse contra la situación opresiva que se les impone. En muchas ocasiones, hacemos mención a África simplemente para ejemplificar una mala situación política, económica y social de un determinado lugar. Los habitantes africanos se han cansado, con razón, de estar en boca del mundo sólo como ejemplo de país mal gestionado.

Todo comenzó con el carro de hortalizas requisado a Mohamed Bouazizi, quien se quemó vivo en señal de protesta en Sidi Bouzid. Y ahora países como Marruecos se plantean si su supuesta democracia es lo máximo a lo que pueden aspirar. Bouazizi no imaginaba que su suicidio no sólo movería a un país entero, sino que haría tambalear los cimientos de todo un territorio de lugares con similar situación. Pero saben que no es fácil, saben que existen intereses desde cualquier lugar al que miren, y por ello, el interés que debe primar es el del pueblo, el de aquellos habitantes que ansían un cambio trascendental. Es momento de que el poder pierda la concentración que lo caracteriza y su división haga vislumbrar, por fin, un porvenir realmente democrático y justo para todas las capas de la sociedad.

Ningún país deja de opinar sobre estos movimientos en África, pues se sabe que estos hechos llenarán las páginas de los libros de historia venideros. Aún no sabemos si lo mostrarán como “el intento de África” o como “la transformación de África”. Irán ve las revueltas egipcias y tunecinas como una “señal del despertar islámico”, pero ahora hay que ver cuán profundo es ese sueño y si de verdad estos países logran vencerlo.

Ángela Pérez Álvarez


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